El pleno del Senado aprobó el miércoles rendir un justo y merecido homenaje a la Batalla de Suipacha en conmemoración a los 207 años de su realización, conmemorada el 7 de noviembre, ponderando en alto grado el aporte brindado a la Patria por sus hijas e hijos, valientes combatientes en las luchas por la independencia del Alto Perú, hoy denominado Estado Plurinacional de Bolivia.

Los historiadores refieren que, luego de la batalla de Cotagaita ocurrida el 27 de octubre de 1810, las fuerzas revolucionarias del Ejército del Norte se retiraron a la población de Tupiza sin ser perseguidas por las fuerzas realistas.

El 5 de noviembre, las fuerzas realistas comenzaron la marcha hacia Tupiza, al mando del Gral. Vicente Nieto con tropas armadas con artilleros de Cuzco, fusileros de Oruro y algunos de La Paz, entre los cuales estaban los Granaderos provenientes de Chuquisaca.

Posteriormente, el 6 de noviembre del mismo año, el Ejército Argentino al mando del General Antonio González Balcarce se situó en Nazareno, ubicado sobre el río Suipacha frente a la población de Suipacha. En este paraje recibió por la noche el refuerzo de 200 hombres provenientes de Jujuy, quienes trajeron dos piezas de artillería, municiones y el dinero para el pago a las tropas. El Ejército del Norte tenía inferioridad numérica, ya que contaba con 600 patriotas y 2 cañones, contra 800 realistas que tenían 4 cañones.

El 7 de noviembre de 1810 la vanguardia realista tomó contacto visual con las tropas del General Antonio González Balcarce. Éste había ocultado gran parte de su infantería y artillería entre los cerros y quebradas vecinas. Situados frente a frente sin atacarse hasta las tres de la tarde, González Balcarce forzó a los realistas, al mando del General Córdoba, a atacarlo, para ello ordenó que 200 hombres se adelantaran sobre la playa del río y con dos cañones abrió fuego, lo que dio inicio al enfrentamiento. Cuando Córdoba destacó algunas fuerzas realistas con intención de ataque, el General González Balcarce ordenó simular una retirada en aparente desorden, haciendo caer en la trampa a Córdoba, quien dio la orden de perseguirlos con todas sus tropas hasta las proximidades de la quebrada de Choroya.

La batalla de Suipacha concluyó con la victoria para los patriotas ya que los realistas abandonaron el campo de combate, dejando su artillería, tomando los vencedores 150 prisioneros realistas. En este enfrentamiento participaron patriotas salteños, jujeños, tarijeños y cinteños, juntamente a tropas provenientes de Buenos Aires (275 combatientes) y la caballería chicheña de Tupiza, comandada por el Coronel Pedro Arraya.

El combate victorioso de Suipacha tuvo un efecto decisivo en el Ejército del Norte. Los jefes realistas del Alto Perú, no solo perdieron la batalla, sino la iniciativa, y esto se vio reflejado en el pronunciamiento de las cuatro provincias del Alto Perú a favor de la libertad e independencia del yugo colonial. La victoria de Suipacha fue el prólogo de la revolución del 10 de noviembre de 1810 en la ciudad de Potosí.

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