Milton Barón acababa de jurar y ser posesionado como Presidente del Senado y ocurrió algo impensado. Se rompía el protocolo. El expresidente, José Alberto Gonzales entró al hemiciclo y se fundió en un abrazo con su reemplazante, para desearle éxitos.

Luego, Gonzales se acercó a cada uno de los senadores para abrazarlos y agradecerles por haber coadyuvado con su gestión. Fueron escenas emotivas las que se vivieron en el hemiciclo.

Antes de retirarse, Gonzales tomó la palabra y les dijo: “Quiero agradecerles a todos por su apoyo. Disculpas a los que pude haber ofendido con mis palabras o con mis  hechos y desearles muchos éxitos. Tienen un nuevo comandante que es el Milton, que lo va hacer muy bien. Es una enorme alegría verlos y haber compartido y haber sido parte de ustedes. Los voy a recordar siempre, con todo el cariño. Agradecerle a Dios, a la vida, por esta maravillosa experiencia y desearles todo lo mejor. Siempre los recordare con mucho cariño. Un abrazo para todos. Un pedazo de mi corazón (está) con ustedes. Muchas gracias”.

Dio media vuelta y con signos de gran emoción se retiraba del salón, cuando surgieron aplausos. Gringo Gonzales cerraba, como él lo dijo, un importante ciclo de su vida. Todos los senadores del oficialismo y de oposición, lo despidieron con un cerrado aplauso.