El presidente de la Cámara de Senadores, José Alberto Gonzales, advirtió hoy que existen intentos de desestabilizar al gobierno boliviano como lo hicieron con el de Brasil, que en la pasada semana por medio de la figura del impeachment, suspendieron a la presidenta, Dilma Rousseff, por 180 días, para que se defienda en un juicio político.

“Bolivia tiene sus particularidades, no es lo mismo que Brasil, no es lo mismo que Argentina, pero sin duda, sabemos que van a hacer desde afuera importantes esfuerzos para poder justamente frenar el proceso boliviano, para ponerle zancadillas, para que el Presidente (Evo Morales) y el Gobierno se desgaste”, advirtió.

El Legislador señaló que estos ataques contra los gobiernos populares de la región, al parecer se tratan de una suerte de sucesión, porque primero llegó a Argentina, ahora a Brasil y que en los próximos meses seguramente llega a Venezuela, y que probablemente también a Bolivia.

“Probablemente vengan por Bolivia, que es todavía el país que aún conserva esta propuesta, que es un intento de hacer que los Gobiernos atiendan sobre todo a los sectores más vulnerables, a los sectores de pobres y no necesariamente estén gobernando a favor de las empresas o las corporaciones que es lo que solían hacer los gobiernos durante la etapa neoliberal”, añadió.

El Presidente del Senado remarcó que a pesar de estos ataques a los gobiernos de la región, se seguirá apostando por la capacidad que tiene el presidente Morales de gobernar nuestro país como lo ha demostrado, con un manejo serio de la economía como se lo ha hecho hasta ahora.

Subrayó que Bolivia se encuentra en una etapa en la que está consolidando la recuperación del Estado a través del cambio de matriz productiva, porque el objetivo es que Bolivia deje de ser un país exportador de materias primas y avance hacia la industrialización de los recursos naturales.

Lamentó lo ocurrido en Brasil con el impeachment y lo calificó como un golpe congresal a la democracia y a la voluntad del pueblo, porque se sometió a esa figura legal a la presidenta Dilma Rousseff sin que haya cometido ningún delito.

“(Es) un golpe contra la voluntad del pueblo brasileño, que cuando votó lo hizo por Dilma, 54 millones de brasileros, y bueno fue desconocer todo eso a través de este procedimiento, reitero, si bien existe dentro de la normativa Brasileña, ha dejado algunas dudas respecto a si correspondía o no ir adelante con este proceso”, agregó.

Sostuvo que desde la muerte del ex presidente de Venezuela, Hugo Chávez, la situación de los gobiernos de toda la región se vio afectada, porque se re articulan grupos políticos que tuvieron fuertes recortes en su economía desde que los gobiernos populares asumieron las riendas de sus países.

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