La Cámara de Senadores aprobó rendir un justo y merecido homenaje póstumo a los 144 caídos en la masacre del distrito minero Siglo XX, durante las sangrientas jornadas del 28, 29 y 30 de mayo de 1949, en defensa de mejores condiciones laborales para los trabajadores mineros y el restablecimiento de los derechos conculcados por parte de la empresa minera de Simón I. Patiño.

El distrito minero Siglo XX, fue explotado por Simón I. Patiño, uno de los varones del estaño desde finales del siglo XIX hasta la nacionalización de las minas en 1955. Los yacimientos ubicados en Siglo XX, hicieron de Patiño, uno de los multimillonarios a nivel mundial, parangonado solo con Nelson Rockefeller, llamado el Rey del Petróleo.

El sindicato de trabajadores, reclamó el aumento salarial y el cumplimiento de un laudo arbitral, por el pago de desahucios e indemnizaciones a los despedidos. La mañana del 28 de mayo, los personeros de la empresa Patiño, convocaron a la dirigencia sindical a negociar, sin embargo, éstos fueron detenidos y desterrados a la República de Chile; la masacre del 28 de mayo de 1949, fue la más sangrienta y numerosa de todas las producidas en esos distritos y en otras regiones, dejando un total de 144 muertos y 23 heridos.

En días posteriores a la masacre, los dirigentes fueron apresados, vejados y torturados durante varios días por los policías. Muchos de ellos, fueron trasladados a la cárcel de San Pedro de la ciudad de La Paz, y a otros, se les inició procesos judiciales en la localidad de Uncía, del Departamento de Potosí.

Muchos líderes del movimiento obrero boliviano surgieron de las minas de Siglo XX, tal el caso del connotado líder de la Central Obrera Boliviana, Don Juan Lechín Oquendo, quien dirigió esta organización durante gran parte de su vida.